Tener más tiempo libre del que estamos acostumbrados a tener puede meter algunas ideas un tanto curiosas en nuestra cabeza. Hay quiénes optan por devorar series, películas y libros sin descanso y quiénes empiezan a jugar con su imagen, a ver qué sale. Y si eres de las que valora su pelo pero aún así quieres un cambio, te enseñamos a conseguir el flequillo perfecto sin salir de casa.
Ten unas tijeras en condiciones
Tu pelo no es comida ni un taco de folios. Por lo que va siendo hora de dejar las tijeras de cocina o las «multiusos» en su sitio. Y es que sin unas tijeras de calidad y bien afiladas, será casi imposible conseguir un flequillo perfecto sin salir de casa. ¿La razón? Que si no hacemos cortes rápidos y limpios, el pelo no quedará igualado.
Lo que se traducirá en un flequillo desigual y con trasquilones. La absoluta pesadilla de quienes lleven flequillo, ya que, básicamente, nos obligará a cortárnoslo y «empezar de cero». Algo que puede llevarnos meses.
Mejor con el pelo seco
Puede parecer que teniendo el pelo mojado será más fácil manejarlo, pero nada más lejos de la realidad. Ya que, de no secarnos el pelo, lo más probable es que terminemos cortándolo más de lo que nos gustaría. ¿Por qué? Porque el pelo mojado engaña mucho. Pese a que parezca larguísimo, una vez se ha secado y ha «vuelto a su forma» su longitud será mucho menor.
Y si nos ponemos a cortar a diestro y siniestro, podemos acabar sin flequillo antes de darnos cuenta. Por eso mismo es mucho mejor dejar que tu pelo se seque al aire.
¡Corta en diagonal!
A lo mejor te suena un poco extraño, pero en cuanto lo pienses un poco, te parecerá tan obvio que te sorprenderá no haber caído antes. Sí, el flequillo lo quieres recto, pero tu pelo no crece «recto», ¿verdad? De forma que, si realizas un corte recto con la tijera, el resultado no tendrá nada que ver con un flequillo. Si no que dejarás los laterales del flequillo largos y el centro muy corto.
Lo mejor es utilizar los dedos índice y corazón de «guía» al ir cortando. Si además lo hacemos con cortes pequeños, mucho mejor. Ya que los que salgan mal no se notarán tanto cuando hayamos terminado.
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