Si eres de las que no para quieta y estás todo el día de arriba para abajo, pero por alguna razón siempre tienes sueño, este artículo te puede interesar.
Pasarnos el día ocupadas implica un gasto de energía enorme, por lo que es esencial que tengamos suficientes horas de sueño. Sin embargo, a veces ocurre que por muchas horas que duermas simplemente no consigues sacudirte de encima esa sensación de cansancio.
Sentirte bien y llena de energía es algo muy importante en nuestro día a día. Afortunadamente, existen varios truquitos y rituales que puedes seguir para sacar el mayor partido a tus horas de sueño. Aquí te los mostramos.
1. Beber agua
Sabemos que este es el máximo cliché, pero es que realmente es lo más importante que hay. Mantenerte hidratada es un factor esencial para cuidar cualquier aspecto de nuestra salud. Además, beber agua mantendrá alejadas esas bolsas que aparecen bajo nuestros ojos.
Esto se debe a que si nos hidratamos bien antes de ir a dormir, nuestros órganos funcionarán plenamente, por lo que la calidad de nuestras horas de sueña se verá mejorada. El agua también evitará que sintamos calambres y nos ayudará a estar más relajadas.
Además, un dato importante es que beber agua antes de dormir puede prevenir complicaciones cardiovasculares. Así que ya sabes, ¡a por tu vaso de agua!
2. Aléjate del alcohol
A menudo pensamos que el alcohol es el perfecto somnífero, ya que nos suele dar sueño y al consumirlo solemos dormirnos más rápidamente. Sin embargo, es realmente mala idea consumir alcohol antes de ir a dormir por varias razones. Primero, por la razón obvia de que el alcohol nos deshidrata. Y segundo, porque a pesar de que nos pueda parecer una buena ayuda para conciliar el sueño, resulta ser todo lo contrario.
El alcohol puede alterar nuestros patrones de sueño, consiguiendo así que tengamos un sueño tanto fragmentado como acortado, y de mala calidad. Además, como el alcohol afecta nuestro sistema nervioso puede llegar a causar trastornos como el insomnio.
3. Nada de sal
Deja de lados los alimentos altamente salados y abstente de echarle sal a tu comida. De hecho, es algo que tendríamos que hacer también durante el resto del día, ya que la sal provoca hinchazón y causa retención de líquidos. Esto ocurre porque el sodio no permite a nuestro cuerpo eliminar los líquidos de forma adecuada.
4. Consigue una almohada adecuada para ti
Es esencial que utilicemos una almohada con la que, al tumbarnos, consigamos una perfecta alineación entre cuello y la espalda. Lo más importante para evitar complicaciones con el cuello o la espalda es evitar las posturas antinaturales. Esto se puede conseguir elevando la cabeza ligeramente y dotando tu cuello de cierto soporte.
Debes recordar que para encontrar la almohada adecuada para ti hay que tener en cuenta que influye nuestra complexión física y las posturas en las que solemos dormir. No utilizarás la misma almohada si duermes boca abajo que si duermes de lado. La clave está en investigar lo que va mejor para ti.
5. Que no se te olvide lavarte la cara
Lavarte la cara es esencial la hora de combatir las impurezas. Durante todo el día exponemos nuestro rostro a todo tipo de agresiones como el sol, la temperatura, la polución y el maquillaje. Todo esto incita al envejecimiento precoz de la piel además de la aparición de imperfecciones.
Por ello, es sumamente importante que recuerdes lavarte bien la cara antes de irte a dormir, ya que así fomentas la oxigenación de la piel y eliminas todo tipo de suciedad que pueda obstruir los poros. ¡Una piel limpia es una piel feliz!
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