Es frecuente que los resultados de nuestro plan de adelgazamiento no resulten en lo que esperábamos. Lo inicias con toda la voluntad del mundo pero, pasado un tiempo, estás lejos de los resultados que esperabas.
En este artículo, te damos pistas para que descubras qué está fallando en tu dieta. Te contamos cuáles son los errores más comunes a a hora de perder grasa.
No tienes un plan
Es posible que hayas pensado que con quitar un poco de aquí y otro poco de allá sea suficiente. Si no estás notando mejora en tu cuerpo es que tu ausencia de plan no ha funcionado. Asegúrate de seguir un régimen donde puedas controlar el número de calorías que consumes al día. De lo contrario, estás perdida.
Faltan proteínas en tus comidas
Es más que probable que te hayas centrado en las verduras y la fruta y hayas dejado aparcadas las proteínas. Es cierto que las proteínas están asociadas a dietas para ganar músculo, pero también son unas grandes aliadas para perder peso. ¿Por qué? Los alimentos ricos en proteínas producen un efecto saciante prolongado, algo que no pasa, por ejemplo, con los carbohidratos. De este modo, la ingesta de proteínas nos da una sensación de plenitud, cortando antes el aporte calórico.
Te estás privando de comer
Como ya hemos dicho, una buena dieta consiste en tener un buen plan. No vale con que te prives de comer, dado que esto puede resultar en el efecto contrario. Podrías encontrarte ganando peso en lugar de perderlo. ¿ A qué se debe esto? El cuerpo recibe «señales de alarma» indicando que no ha ingresado la cantidad de energía suficiente. Reacciona poniendo en marcha el modo «ahorro de energía» y acumula grasas para el futuro. Por lo tanto, el metabolismo se acostumbra a trabajar más lento y tarda más en quemar las calorías.
Entrenas mucho cardio y poca fuerza
Es cierto que el entrenamiento metabólico es el que más favorece la pérdida de peso. Sin embargo, no puedes dejar de lado el ejercicio enfocado a la fuerza. Si aumentas la masa muscular de tu cuerpo, necesitarás un mayor gasto energético. Los estudios han demostrado que , hacer ejercicios musculares, conlleva un mayor consumo de oxígeno. Esto provoca un mayor gasto energético. Ya sabes, calorías.
Tienes metas poco realistas
Por supuesto, es posible que el descenso de grasas no sea el que tu esperas pero porque has sobrestimado tus opciones. A la hora de hacer una dieta, no basta solo con desearlo muy fuerte y con estar motivada, también has de ser realista con los ritmos de tu cuerpo y tu metabolismo. Por ejemplo, la pérdida de peso a los 25 años no es la misma que puedes conseguir a los 40.
La mejor opción para no frustrarte es que no esperes milagros y agradezcas los avances de tu dieta. Aunque sean lentos.
Y recuerda, en este artículo te damos 7 trucos para que te sientas saciada antes y tengas una ayuda extra para conseguir tus objetivos.
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