Cada vez más gente se une a la última tendencia de moda: llevar una dieta vegetariana. Y es que, cada vez más se demuestra lo nefasta que es la industria de la carne para el medio ambiente, e incluso para nuestra propia salud. Por supuesto, también entra en juego el sufrimiento por el que los animales deben pasar solo para darnos de comer.
Aun así, entendemos que un cambio tan drástico puede venir con muchas dificultades. Por ello, te traemos algunos consejitos para que puedas llevar el cambio de vida de la mejor forma posible, y así asegurarte de no tirar la toalla enseguida.
1. La clave está en informarse bien
Llevar una dieta vegetariana puede resultar complicado para muchos, ya que muy poca gente se ha criado en un entorno de ese estilo. Por ello, a menudo no sabemos del todo cómo debería ser una dieta vegetariana correcta y saludable. Cosa que nos puede llevar a tener carencias en ciertos nutrientes.
Un ejemplo de carencia común en gente que no se informa bien es la de la vitamina B12. Esta vitamina es esencial para numerosas funciones vitales, por lo que una falta de ella nos podría causar multitud de problemas de salud.
2. Acércate a gente en tu misma situación
Sumérgete en comunidades de gente que busca lo mismo que tú. No tienes ni idea de la cantidad de gente que se encuentra en tu misma posición. Incluso puedes hacer esto de manera online: adéntrate en foros y comunidades donde prevalezca el apoyo mutuo y ese mismo estilo de vida que tu buscas.
Te será más fácil el proceso si te apoyas en otras personas y compartís todo tipo de experiencias. Otra idea también puede ser acudir a lugares como puedan ser los restaurantes vegan-friendly. ¡Verás como conoces un montón de gente!
3. Pasito a pasito
Dejar de comer carne por completo es un cambio enorme en tu vida, así que tómatelo con calma. Tanto tu mente como tu cuerpo necesitan aclimatarse durante esta transición, así que no quieras dejarlo todo de golpe.
Comienza, por ejemplo reduciendo los días en que comes carne: escoge un día donde no puedas comer nada de carne. Y poco a poco vas aumentando los días. Incluso ya cambiando la cantidad de carne que te echas en el plato ayuda un montón. ¡La clave está en tener paciencia!
4. Comienza por lo fácil
Este punto va un poco de la mano del punto anterior. No quieras comenzar y enseguida saber hacer platos dignos de una estrella Michelin porque va a ser imposible.
Comienza con cambios pequeños y fáciles. Por ejemplo, cambiar el pollo por soja texturizada. Intenta empezar por cosas con sabores similares, y acostumbra tu paladar poco a poco al cambio de alimentación. Un gran consejo es comenzar por la carne roja, luego la carne blanca y, por último, el pescado.
5. No dejes que gane el hambre emocional
Debes combatir el apetito emocional (aquí te contamos qué es), y la ansiedad. Intenta tener siempre cerca algún tipo de snack vegetariano/vegano para poder calmar tus ansias sin tener que pecar. Lo primordial es tratar de no dejar que el hambre ansioso te venza.
Aun así puede haber momentos en los que simplemente lo necesites. Una gran opción es sustituir comidas poco sanas y con carne por otras opciones. Por ejemplo, unos frutos secos, una fruta, algo de hummus… ¡Hay un millón de opciones!
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